miércoles, 9 de diciembre de 2009

Posted by Claudio Dennis Arriojas |

Un libro de lujo recrea asombrosas historias de niños caraqueños

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El libro recrea la capacidad de los niños para trasmitir lo mejor de un país que a veces cae en la tentación de pensar que la esperanza se ha perdido para siempre.

El Grupo Editorial Cyngular presenta su más reciente obra, Pequeños, talentosos y esforzados. 10 niños que crecen con la cultura, de Francisco Suniaga y con fotos de Andrés Manner.

“Desde la misma tapa, Pequeños, talentosos y esforzados es un libro que alborota algo dentro de uno. Esa imagen de una niña inclinándose hacia las octavas más altas del teclado de un piano, con la luz a su vez llegando hacia ella, parece una imagen del Renacimiento, o un cuadro de Vermeer: la estampa de una muchacha que hace algo hermoso entre cuatro paredes, mientras el mundo brilla, ajeno, tras la ventana.

En Pequeños, talentosos y esforzados, el autor de La otra isla y El pasajero de Truman hizo equipo con el destacado fotógrafo Andrés Manner para encontrar en la capital venezolana a diez niños con historias de esfuerzo y de éxito que nos pudieran contar. Los hallaron en Petare, Los Rosales, La Pastora, Marín, Cotiza, Chacao. Vinculados al sistema de orquestas o amparados por un puñado de personas que protegen su talento como a una flor incomparable. La crónica de Suniaga y las fotos de Manner, en sí mismas de enorme calidad, apenas pueden exponer el brillo de esos seres que, sin que sobren los recursos ni el tiempo (a veces, incluso, en medio de la simple y llana pobreza), insisten en aprender y en tratar de ser mejores en su arte cada día, sea haciendo ballet, tocando el clarinete, dibujando manga o actuando en televisión”.

Julián Matasiete. El Librero

Sergio Dahbar, escritor y editor, fue el responsable de prologar este afortunado encuentro entre una realidad poco conocida y las miradas del fotógrafo y el escritor que la encuentran e interpretan. En el texto, se resume la vida del proyecto que fue inicialmente un deseo, así como la idea transformada en páginas que cuentan a todos que más allá de la desesperanza hay un horizonte que se alimenta de sueños, trabajo y constancia.

“Borges, lector privilegiado del universo cultural y filosófico que lo precedió, llamó la atención sobre una idea de Emerson que sirve para iluminar el mundo: si comprendemos un momento en la vida de una persona, somos capaces de entender la vida entera de ese ser humano.

Y ha venido a mi mente esta referencia a la hora de escribir sobre diez niños que cautivaron mi imaginación como pocas ficciones lo habían logrado antes. Criaturas de la vida real venezolana, humanidades que recrean en un instante de sus vidas (su relación tan peculiar con una expresión de la cultura) las energías de un país, sus esperanzas más elocuentes.

Un año atrás el Grupo Editorial Cyngular pensó que existía un tesoro oculto en la realidad nacional: sus niños, ese imaginario donde confluyen las mejores expectativas de futuro para Venezuela. Y diseñó una idea que compartió con colaboradores de primera línea.

Convocó al escritor Francisco Suniaga, al fotógrafo Andrés Manner, a los diseñadores gráficos Jacqueline Sanz y Gustavo González (de Estudio Piso 11), y al periodista y escritor Rafael Osío Cabrices, para pensar en un libro que reuniera diez perfiles de niños a los que la vida les cambió radicalmente (así como su destino) por relacionarse con la cultura.

El proyecto se puso en movimiento: los protagonistas comenzaron a ser identificados como gemas de una historia colectiva. En este cofre respiran jóvenes que deliran con el piano, otro que habla con los dioses a través de su clarinete, una muchacha que seduce al silencio con su baile africano, un pequeño que pone a brincar a los ángeles con unas tumbadoras, un adolescente que quiere comerse a Hollywood, un pintor con poderes en las manos, una bailarina que pareciera tener alas en los pies, una joven que combina el canto con el contrabajo, una criatura que ha encontrado mediante el manga un pasadizo secreto entre Petare y Japón.

Francisco Suniaga y Andrés Manner se dejaron absorber por una ciudad accidentada y no siempre segura. Subieron cerros y atravesaron calles desconocidas, como antropólogos en busca de una señal que fuera capaz de identificar poderosos ancestros y no pocas fuerzas contemporáneas. Sus hechizos hicieron efecto y encontraron la voz de la tribu.

Sus historias tejieron, como era previsible, un mapa insólito de Venezuela, donde caben todos los sueños e ilusiones, sin dejar de lado las adversidades que fortalecen el carácter de quienes suponen que alcanzar el éxito resulta tarea fácil.

Como un registro plural de voces que cuentan sus propias historias de logros y dificultades, de metas y retrocesos -que ayudan a pensar en objetivos más contundentes-, se construyó este milagro que es Pequeños, talentosos y esforzados, niños venezolanos que crecieron con la cultura. Alcanzar la meta estipulada ha sido producto de un equipo profesional que hizo todo lo que estaba a su alcance, y más, por ser fiel a la historia que encontraron.

El editor y escritor italiano Roberto Calasso escribió en varias ocasiones que un buen editor es aquel que publica buenos libros, con perdón de los cazadores de tautologías. Al leer Pequeños, talentosos y esforzados uno siente que es un proyecto que merece existir, porque había que contar lo que estos niños nos confirman desde la experiencia más precoz y emotiva. Si las palabras de Calasso esconden alguna verdad, el equipo que ha hecho posible este libro debe sentirse satisfecho.

Hay cierto reflejo oblicuo que se desprende de este libro, como la luz de una piedra preciosa. Se trata de la potencialidad que esconde Venezuela en la entrega de sus niños al campo del arte. Una salvación que adquiere rango de nobleza cuando advertimos que el otro lado de la luna de este libro es la ausencia de futuro.

Uno podría afirmar que en verdad este no es un libro. Como aquella pipa de Magritte. Sino todo lo contrario: la maravillosa capacidad que tienen estos niños para trasmitir lo mejor de un país que a veces cae en la tentación de pensar que la esperanza se ha perdido para siempre. Su existencia prueba todo lo contrario”.

En el libro de formato de lujo que constituye la más reciente apuesta del Grupo Editorial Cyngular, el escritor Francisco Suniaga y el fotógrafo Andrés Manner van tras la pista de una decena de asombrosas historias de vida en una Caracas llena de problemas, cuyos testimonios invitan a bordar un manto de retratos contra la desesperanza.

Código Venezuela

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